martes, 15 de febrero de 2011

Actitud


Este artículo trata acerca de qué son las actitudes y su importancia en nuestra vida cotidiana.

Por Rodrigo Pérez – Psicólogo Laboral de Asimet.

Las actitudes, desde un punto de vista psicológico, se expresan y se hacen tangibles a nuestros sentidos en tres dimensiones: a nivel conductual, a nivel ideativo y a nivel emocional.

A nivel conductual una actitud se expresa cuando vemos, por ejemplo, una cajera comportándose amablemente con un cliente. Pero esta amabilidad también tiene su expresión a nivel ideativo, que es el pensamiento que en ese momento la cajera tiene cuando se dice a sí misma"…es importante que seas amable con esta persona…".

Y, por último, la amabilidad como actitud se expresa también a nivel emocional, es decir, la cajera no sólo lo piensa y actúa, sino que ¡¡¡también lo siente!!! (en esta historia).

Las actitudes constituyen una guía conductual, sintetizada, que resume la manera de comportarnos en una situación determinada. Nos permiten tratar con la realidad y reducir la incertidumbre que nos separa de ella. Por tanto, si hay algo aferrado a nuestro ser son nuestras actitudes, conocerlas resulta esencial en todo camino de mejora personal y profesional.

Actitudes positivas y negativas

Las actitudes pueden resultar positivas o negativas, según faciliten u obstruyan la manera que la persona tiene de afrontar su realidad en cada momento de su vida. Así una actitud positiva al enfrentar una nueva tarea en el trabajo y de dificultad mayor, sería por ejemplo el considerarla una oportunidad de desarrollo laboral, de ser más especialista en lo que hace, de demostrar que aprende en poco tiempo y lo hace bien, un reto a las propias capacidades etc.

Mientras una actitud negativa al enfrentar la misma nueva tarea, en otra persona puede quedar reflejada en la auto- reflexión "¿¡más trabajo!? Esto no me gusta", o "se están aprovechando de mi buena voluntad".

De modo que las actitudes son la disposición con que afrontamos la realidad en todo momento, pudiendo siempre elegir qué tipo de actitud adoptaremos ante tal o cual evento. Entonces, aquí quiero decir que desde la perspectiva de las actitudes, estas importan más que la situación en particular, debido a que van a determinar de manera significativa los resultados que vamos a tener en esa situación.

Por supuesto que los buenos resultados no se logran sólo con buenas actitudes, hay allí conocimientos, habilidades, experiencia acumulada, entre otros factores. Pero si no está la actitud adecuada, y más bien esta tiene características adversas, es muy difícil que las personas logren trabajar juntas hacia mejores soluciones, y menos poder disfrutar los éxitos alcanzados.

¿Por qué? Porque las actitudes marcan pautas de comportamiento no sólo individual, sino que grupal. Una actitud negativa como un virus "infecta" a los que están alrededor en el sentido de que son altamente imitables. Afortunadamente, las actitudes positivas también son "virulentas", en el sentido que también son imitables por todos nosotros.

Las personas como los equipos de trabajo necesitan encontrar la actitud adecuada para alcanzar sus objetivos y metas, como también identificar aquellas que los alejan de sus propósitos. Jack Welch, ex CEO de General Electric y líder entre los gurúes de la administración moderna de empresas, sostiene que una actitud negativa a través del tiempo va deteriorando la confianza que se ha construido entre las personas que conforman el equipo humano de una empresa, de modo que esta confianza se va debilitando hasta desaparecer junto con el equipo, y por tanto, la capacidad que el equipo tenía para alcanzar resultados de excelencia o superiores, también se ve severamente dañada. Entonces, las actitudes afectan los resultados de una empresa, y como no, de la gestión personal más allá del trabajo.

Bajo esta perspectiva, todos estamos llamados a reconocer y advertir con qué actitudes andamos por el mundo, y qué consecuencias están trayendo sobre nuestras vidas y las de los demás.

Actitudes que dan sentido a nuestra vida: Víctor Frankl

Víktor E. Frankl, psiquiatra vienés sobreviviente de los campos de concentración de la SGM, cuenta en "El hombre en busca de sentido" las peripecias de un colectivo de judíos prisioneros en campos de exterminio nazi, liderados por el propio Frankl, que cada día buscaban (y encontraban) motivos para seguir vivos y mantener la esperanza. Frankl continuó investigando sobre las actitudes positivas como medio de supervivencia y acuñó el término logoterapia, un método terapéutico que utiliza como elemento de curación la capacidad que todo individuo tiene para pensar, hablar y hablarse a sí mismo, en positivo. La clave es restringir los pensamientos negativos y fomentar la fe en nosotros mismos, buscando en cada momento la respuesta más conveniente a nuestros problemas. No se trata de negar las dificultades, sino de trasmitirnos consignas que nos ayuden a superarlos. Por ejemplo, Frankl a pesar de ver cómo todos los días morían sus compañeros en manos de los nazis y otros preferían suicidarse, se imaginaba a sí mismo ya liberado del campo de concentración, dando cátedra en una universidad acerca de la psicología del prisionero de guerra. Esto le ayudaba a encontrar un sentido a su vida y a las adversas circunstancias que estaba enfrentando, como también le permitió ayudar a otros prisioneros a abandonar la idea del suicidio, abrigando la esperanza que saldrían de allí con vida y se volverían a encontrar con sus familiares. Frankl consideraba fundamental que sus compañeros de prisión comprendieran la diferencia entre esperar la muerte resignados y el abrigar la esperanza de un futuro auspicioso.

Las actitudes en condiciones extremas de supervivencia: Sir Ernest Shackleton

Sir Shackleton en 1914 junto a 28 hombres en el Endurance, se propone atravesar la antártica, sin embargo la nave queda atrapada entre los hielos polares, y luego que esta queda destruida deben abandonarla. Liderados por Shackleton, cazan focas y pingüinos disputándoselas peligrosamente a las Orcas, pero lo que tuvo un impacto significativo sobre el futuro de todos esos hombres, fue que sobre los témpanos de hielo organizan competencias deportivas, celebran cumpleaños, leen la Enciclopedia Británica, y se las arreglan para tener todos los días actividades que les ayuden a mantener la moral arriba. Finalmente, Shakleton logra encontrar ayuda, son rescatados por la nave Chilena Yelcho y vuelven a casa todos sanos y salvos.

Shackleton no había perdido ni un solo hombre en los tres años que duró su expedición. La aventura de Shackleton, es posiblemente la más importante de cuantas se han vivido en los Polos, y aunque no aportó ningún beneficio material, ni ningún avance científico, a excepción de la experiencia personal de los protagonistas, la supervivencia de todos los participantes supone en si misma un triunfo, una victoria del hombre sobre las condiciones naturales más adversas basándose en un elemento fundamental: el manejo todo el tiempo de la actitud en la tripulación.

Conclusión

Tanto las experiencias relatadas por Frankl como por Shackleton, nos enseñan la importancia que las actitudes tienen en el manejo de las situaciones más difíciles que las personas pueden enfrentar en sus vidas. Y cómo estas también serán determinantes en los resultados posibles a los que podremos llegar.


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