lunes, 28 de febrero de 2011

Las claves del éxito


El éxito se alcanza convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso. C.C.Cortez

¿Te esfuerzas para lograr el éxito de los demás o para lograr tu éxito?, las personas que no le encuentran sentido a la vida terminan dándole sentido a la de los demás y sinceramente no se puede ser pigmalión de los demás si primero no te conviertes en Pigmalión de ti mismo.

Probablemente te encuentras entre ese selecto número de personas generosas, sacrificadas y altruistas que pasan por esta vida sembrando el bien y procurándoselo a los demás. 

Create a ti mismo 

Todo es muy noble y loable y nadie lo pone en duda, pero recuerda que sólo podrás ejercer de pigmalión con los demás, si antes eres el mejor Pigmalión de ti mismo   

¿Por qué debes ser primero pigmalión de ti mismo?

- Porque nadie da lo que no tiene y si pretendes dar, previamente necesitas tener, estar lleno de aquello que pretendes ofrecer.

- Porque debes asumir la responsabilidad intransferible de la construcción y mejoramiento permanente de si mismo, algo que nadie puede hacer por ti. En eso, nadie puede suplirte.

Cree en ti mismo...

1. Sigue tu idea: “No es sólo de perseverar en lo que amas. Es creer que lo que has elegido es posible” (Alberto Ammann, actor).

2. Crea un plan: “Busca tu propia voz. Crea tu propio estilo” (Carles Francino, presentador de radio).

3. Vive el presente: “El trabajo diario, el entrenar hasta llegar al máximo nivel, teniendo siempre claros los objetivos que se quieren conseguir y plantearte retos temporada a temporada, es una de las claves del éxito” (Rudy Fernández, jugador de baloncesto).

4. Aprende del  fracaso: “Nunca te rindas. Mantén la cabeza bien alta, incluso cuando las cosas te vayan mal” (Fernando Verdasco, tenista).

5. Adáptate a las circunstancias: “Entrégate. Para ser el mejor en lo que haces, hay que darlo todo” (José Mª Manzanares, torero).

6. Diviértete: “El éxito no tiene nada que ver con lo que haces, sino con hacer lo que te gusta” (Imanol Arias, actor).

La fórmula del éxito = Idea genial + Acción ahora, multiplicado por Persistencia y Flexibilidad y todo ello potenciado por Diversión.

Y no te olvides que sin salud no hay éxito, y debemos cuidar la salud con un buen mantenimiento, para evitar  el dato de que España registra 70.000 infartos al año, de los que 29.000 son muerte súbita, según la Sociedad Española de Cardiología.

Cinco claves:

1.- Evitar el chute matutino de cafeína (mejor cereales ricos en fibra; nada de cosas fritas),

2.- Ser el jefe de uno (los mandos intermedios lo llevan mal),

3.- Hacer ejercicios cortos y explosivos (bombeo de sangre),

4.- 1-2 copas de vino (beber más de 30 unidades alcohólicas puede provocar embolia) y

5.- Combatir el estrés caminando (nada de ahogarlo en alcohol). Tiene sentido. Me apunto la "disciplina" de la copita de buen vino, que es la que hasta ahora me falta.

Por: Xan Pita.

domingo, 27 de febrero de 2011

Las 10 claves de la actitud mental positiva



Estoy convencido que la diferencia entre las personas, equipos, empresas, etc que tienen éxito y las que no, es la actitud positiva que mantienen a lo largo de las acciones que ejecutan. Si y solo si llegan al final de lo que se proponen, y lo más importante es ver el fracaso como parte del rumbo hacia el lugar que nos habíamos imaginado.  

Éxito. (Del lat. exĭtus, salida). 
1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. 
2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo. 
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto. 

Fracaso. (De fracasar). 
1. m. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. 
2. m. Suceso lastimoso, inopinado y funesto. 
3. m. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.

Diferencia entre actitud y aptitud
Actitud: disposición de animo manifestada de algún modo.

Aptitud: cualidad que hace que una persona u objeto sea apto, adecuado o útil para cierto fin.

¿Que es la actitud mental positiva (a.m.p.)?
- es la actitud mental correcta para cada acción especifica.
- es la herramienta ideal para aprovechar al máximo nuestro potencial.
- es la habilidad para elegir entre el pesimismo y el optimismo.

- es asumir las situaciones desagradables y difíciles con determinación; enfrentarlas.

Claves para desarrollar una gran actitud
- entusiasmo
- auto motivación
- definición de metas
- trabajo y constancia


Las 10 claves para mantener una actitud mental positiva

1.-  Nunca juzgar el día por el clima:
No podemos permitir que algo sobre lo cual no tenemos ningún control determine nuestra actitud.
El clima es solo una de las variables que componen nuestro día, no dejemos que sea una excusa para no cumplir nuestras metas. 

2.-  Cambiar la manera en que empezamos nuestro día :
Es preciso levantarse en forma animada y vigorosa, dando dos palmadas y diciendo: este es el mejor día de mi vida.
Así, iniciamos tomando el control de nuestro día, en vez de que el tome control de nosotros.
Auto motívese; programese para cumplir lo que se ha propuesto y en efecto, lo logrará.


3.-  No dejar que aquello fuera de nuestro control determine nuestro comportamiento:
La diferencia entre responder positivamente y reaccionar negativamente determina que tan lejos llegaremos en la carrera de la vida.
La manera en que una persona responde ante las adversidades dice todo de si mismo.

4.-  Protegernos de los mensajes negativos :
Te convertirás en aquello que piensas constantemente. Los pensamientos que guardas en tu mente moldean a la persona en la cual te convertirás, influyen en tus decisiones a corto y largo plazo y en tus determinaciones diarias.
Si alimentas tu mente con la información correcta puedes esperar grandes resultados. Pensamientos positivos provocan emociones, sentimientos y acciones positivas.

5.- Cuidar la manera en que nos expresamos hacia los demás y hacia nosotros mismos:
El hablar consigo mismo o meditar es una forma de programar nuestra mente, de afirmar nuestros valores, de establecer opiniones acerca de nosotros mismos, de nuestro potencial o de nuestras debilidades.
Tu eres lo que eres y te encuentras donde te encuentras como resultado de todo aquello que ha encontrado cabida en tu mente. Si quieres cambiar, si quieres deshacerte de un mal habito, si quieres superarte lo puedes lograr cambiando la clase de información con la cual alimentas tu mente.
Nuestra actitud hacia las demás personas, determina su actitud hacia nosotros.
El éxito que experimentemos en nuestra vida depende grandemente de como nos relacionemos con los demás.
Todos estamos en capacidad de impactar positivamente las vidas de aquellos con quienes entramos en contacto.
Es importante que seamos portadores de buena noticia y que lo hagamos constantemente.

Los grandes líderes se caracterizan por tener la habilidad de ser constructores y no destructores.

6.-  Cambiar la manera en que saludamos a los demás:
Todos y cada uno de nosotros somos los únicos responsables por aquello que el medio y las demás personas nos devuelven.
El saludo es una reflexión de nuestro estado de animo, el deja entre ver cuales son nuestras expectativas y es una proyección de nuestro entusiasmo y nuestra actitud.

7.-  El desarrollar una visión clara de nuestras metas:
El poseer una visión clara de nuestras metas y objetivos tiene un impacto directo sobre nuestra actitud, esto es simplemente un vehículo que nos llevara aun más cerca del logro de nuestras metas.
Metas borrosas dan resultados borrosos, necesitamos metas fijas y objetivos claros.

8.-  No perder la admiración por la belleza del universo
Nunca perder el asombro por las pequeñas cosas de la naturaleza, que aunque triviales y sencillas, son las mas divinas y grandiosas.

Reconocer la omnipotencia del creador.

9.- Apreciar y dar gracias por aquello que poseemos:
La manera de desarrollar una actitud positiva es diariamente dar gracias por los dones que poseemos, por tener la oportunidad de vivir un día mas a plenitud y poder impactar la vida de otras personas de manera positiva.

Aprender a apreciar los problemas son señales de que estamos creciendo como persona. A grandes problemas, grandes soluciones.

10.-  tener grandes expectativas de nuestras actividades:
Las expectativas que tengas al comienzo de una nueva empresa, al comienzo de un nuevo día influyen grandemente en los resultados obtenidos.
Si esperamos que grandes cosas sucedan en nuestra vida, actuaremos de acuerdo a esas expectativas y grandes cosas sucederán.
El tener grandes expectativas es usualmente la diferencia entre el éxito y el fracaso.

10 claves del networking efectivo

" El mejor contacto es tu talento, pero lo tienes que sacar a pasear" JC Santos Cougil
Muchas oportunidades laborales y de negocios surgen a través de las redes de contactos. Una red bien construida brinda gran acceso a información y conocimiento. Así, veamos los diez principios del networking efectivo...

Por: Fabiana Gadow
Un estudio realizado en la ciudad de Newton (Massachussets, Estados Unidos) descubrió que el 56 por ciento de las personas encontraba trabajo por medio de amigos en lugar de reclutadores o avisos.

De aquellos que obtenían trabajo a través de un amigo, sólo 55 por ciento lo veía en forma periódica. Incluso, un 28 por ciento sólo había interactuado débilmente con esa persona. Las oportunidades, en muchos casos, se encontraban en los contactos más lejanos.

Así, la construcción de una red que brinde acceso a abundantes y variadas relaciones es una clave para acceder a información y conocimiento vital para nuestros planes.

Veamos el decálogo del networking efectivo:

1) El peor momento para comenzar a hacer networking es cuando se necesita algo. El mejor momento para expandir su círculo son oportunidades tales como un nuevo proyecto, una actividad de capacitación o una reunión.

2) Para que una red sea viable, debe ser visible y accesible.

3) Generar espacios de afinidad con las personas con las cuales se comparten valores, objetivos y creencias. Ser generoso con el tiempo y la buena voluntad. Éstos son recursos renovables.

4) Desarrollar contactos y convertirlos en relaciones fructíferas interesándose primero en el otro. Primero el respeto, el conocimiento mutuo y la confianza. Luego, los negocios.

5) Apoyar y brindar ayuda a las personas de la red.

6) Incluir en la red a personas con diferentes backgrounds, experiencias, estilos y habilidades.

7) Buscar experiencias de otros para cubrir los "gaps" de habilidades propias.

8) Apoyar otras iniciativas que puedan requerir de la propia experiencia.

9) Identificar "bridgers" e "influencers", aquellas personas con la habilidad innata de conectar grupos diferentes y que disfrutan en presentar a distintas personas.

Estos conocen mucha gente, no sólo de su entorno sino de diversos ámbitos. Son muy sociables y vitales para toda la red de relaciones.

Los "influencers" son aquellos que ejercen una influencia tal que las cosas se realizan mediante la intervención de su conocimiento, reputación o habilidad.

10) Mantener viva la red interna y externa. Cuidar la red como un bien preciado y alimentarlo siendo útil a sus miembros y manteniendo contacto frecuente.

En definitiva, un networking exitoso implica tanto contactarse con gente como ayudarla a alcanzar sus objetivos.

Requiere que seamos generosos con nuestro tiempo y conexiones, implica un continuo dar y recibir.

Las personas que desarrollan redes de contactos deben contribuir recíprocamente para incluir y sumar a nuevos miembros a su red.

Cuando ayudamos a alguien, el beneficio se expande y produce más oportunidades para más personas. Esto crea una asociación en permanente crecimiento.
Faro: MateriaBiz

Tú eres la causa de tu buena suerte


La Buena Suerte

Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus paisanos le consideraban afortunado porque tenía un caballo que utilizaba para labrar la tierra.

Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus paisanos le consideraban afortunado porque tenia un caballo que utilizaba para labrar y transportar la cosecha. Pero un día el caballo se escapó. La noticia corrió pronto por el pueblo, de manera que al llegar la noche, los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave pérdida; ¡Qué mala suerte has tenido! La respuesta del granjero fue un sencillo "puede ser".

Pocos días después el caballo regresó trayendo consigo dos yeguas salvajes que había encontrado en las montañas.

Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez a darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: "Puede ser".

Al día siguiente, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero está lo arrojó al suelo y el joven se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondió otra vez: "puede ser".

Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jóvenes al ejercito. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, más este, como podemos imaginar, contesto nuevamente: "Puede ser"...

Uno de mis libros de cabecera y que recomiendo es "La buena Suerte" donde confirma lo importante de la actitud de las personas frente a la vida, comparto esta lectura que extraje de http://servicios.elcorreo.com/auladecultura/fernando_trias5.html donde el autor del libro relata las 10 reglas de la buena suerte


Bilbao, 22 de marzo de 2004

El libro La Buena Suerte es una fábula que va desgranando las claves de la buena suerte, las claves de la prosperidad. Es un cuento muy sencillo. El mago Merlín cita a todos los caballeros de un reino y les informa de que en el bosque encantado nacerá en el plazo de siete días un trébol mágico de cuatro hojas, que es el trébol de la suerte ilimitada; a quien lo encuentre le sonreirá la suerte durante toda su vida en los negocios, en la guerra o en el amor.

De todos los caballeros, sólo dos aceptan el reto porque el bosque encantado es enorme, el trébol es diminuto y no hay ninguna pista. Uno de los caballeros viste de blanco y se llama Sid, que es la afirmación, el sí, mientras que el otro prefiere el negro y se llama Nott, que es la negación.

La historia es muy sencilla y se lee en menos de una hora. Los caballeros van por el bosque encontrando toda una serie de personajes que son arquetipos muy deliberadamente escogidos (el agua, la piedra, la tierra, el árbol, la roca...), y cada uno va facilitando a los dos caballeros exactamente la misma información. Lo interesante es que reciben lo mismo, es decir, les dicen lo mismo cuando preguntan; aun así, la diferencia estriba en que el caballero negro sencillamente no hace nada, sino que espera a que otros le traigan la buena suerte, mientras que el caballero blanco, en cambio, va pensando qué tiene que hacer con esa información para que la buena suerte llegue.

Es lógico imaginarse que, al final, el caballero blanco hallará el trébol. Sin embargo, no es así, no lo encuentra. Aunque no desvelaré el desenlace, sí puedo adelantar que al final hay un golpe dramático y una bruja que, como en todas las películas de Disney, pone la tentación. Creo que el final es lo que ha colocado el libro en más países, porque, si este libro terminara con que el caballero blanco encuentra el trébol, no lo habrían comprado en ningún país. Es un final muy revelador, muy sorprendente, que nadie espera.

Voy a desgranar a continuación las diez reglas de la buena suerte y a ilustrarlas con algunos ejemplos reales de científicos, deportistas, proyectos empresariales, etc. Esos ejemplos irán apoyando cada una de las tesis, ya que realmente esto no es sólo una fábula de inspiración, sino que, por el contrario, La Buena Suerte es un libro basado en varios años de lectura y de observación.

La primera regla de la buena suerte establece que la suerte no dura demasiado tiempo porque no depende de uno, mientras que la buena suerte la crea uno mismo, por lo que dura siempre. Hay un dato muy revelador que salió en un reportaje de Informe semanal, de Televisión Española. Se trataba de un reportaje sobre varias personas a las que les había tocado la lotería y a las que, diez años después, volvían a visitar. Pues bien, el 90% de los premiados estaba arruinado, o peor que antes o igual que al principio; y, además, peleado con todas sus familias.

Es decir, la suerte, aunque llegue, no dura. Precisamente la gente a la que le toca la lotería –que muchas veces es lo que todos deseamos– cae en la actitud de abandonarse al destino porque, cuando llueven muchos millones de golpe, lo que se piensa es que ya no merece la pena hacer nada, ya que realmente no hay nada que dependa de uno. Esto hace que se adopte una actitud de abandono merced a la cual se gestiona muy mal esa gran suerte y se empieza a depender sólo de la suerte.

La segunda regla de la buena suerte dice que muchos son los que quieren tener buena suerte, pero pocos los que decidimos ir a por ella.

Aquí me gustaría hablar de tres cifras muy interesantes. La primera es un estudio que se hizo en Harvard en 1953 para el cual se entrevistó a toda una serie de estudiantes que ya se licenciaban. Se les preguntaba cuántos de ellos tenían claro lo que querían hacer para ir en pos de su meta, de sus deseos. Sólo el 3% declaró que lo tenía claro frente al 97% restante, que aseguró que no lo había pensando, pero que ya lo iría viendo. Esa misma muestra de estudiantes fue de nuevo entrevistada veinte años después, en 1973, y se le pidió que enumerara todo lo que había podido acumular a escala patrimonial, de prosperidad y de negocios. Pues bien, ese 3% que había contestado que sabía lo que tenía que hacer o que, por lo menos, lo tenía claro y ya lo había decidido aglutinaba nada más y nada menos que el 98% del valor de todo el grupo: un 3% concentraba el 98% de la riqueza de todo ese grupo.

El segundo dato es un estudio elaborado también en Estados Unidos, donde son muy propensos a este tipo de investigaciones. Corría el año 1960 y fue realizado sobre 1.500 másters en administración de empresas. Se les preguntaba qué preferían: si ir primero en pos de su sueño y, después, ya cuando su sueño o lo que ellos deseaban se hubiera cumplido, dedicarse a ganar dinero, o primero ganar mucho dinero y, después, ya cuando tuvieran dinero, hacer lo que les gustaba.

No sorprenderá que el 83% respondiera que primero ganar dinero y, con el dinero ganado, hacer lo que a cada uno le gustaba, y que sólo el 17% confesara que iría directamente a lo que era su sueño. Al cabo de veinte años, también en 1980, entre esos 1.500 MBA había 101 multimillonarios; además, al menos de esos 101 multimillonarios, 100 estaban en el grupo de los que habían dicho que primero irían a por su sueño y después, si acaso, ya pensarían cómo ganar dinero. Esto nos indica realmente que hay que ir a por lo que deseamos: eso es lo que trae la prosperidad (sea mucho o sea poco).

El tercer dato son dos cifras impresionantes, ambas provenientes de fuentes públicas (España, 2003): 118.500 es la cifra de números de identificación fiscal nuevos, casi todos correspondientes a autónomos, profesionales liberales o empresas. Voy a poner estos datos cerca de otra cifra, extraída esta vez del Ministerio del Interior: 53.000 millones de apuestas de juego hechas en España (desde un cartón de bingo hasta una moneda en la máquina tragaperras pasando por una apuesta en la lotería primitiva). Es decir, 53.000 mil millones frente a algo más de 100.000 iniciativas: una cosa es iniciativa, y otra muy distinta, apostar Vayamos con la tercera regla, que sostiene que, si ahora no tienes buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias (tus circunstancias) son las de siempre. Para que la buena suerte llegue es conveniente crear nuevas circunstancias.

Ahora bien, uno no puede crear nuevas circunstancias si no entiende muy bien en qué circunstancias está anclado. ¿Y por qué muchas veces nos quedamos anclados? Sucede que el pensamiento humano es principalmente reproductivo más que productivo, es decir, tiende a reproducir patrones que ya conoce. Por eso, casi siempre que nos ponemos a dibujar un marciano, utilizamos los patrones de una persona. Estamos tan habituados a anclarnos en las circunstancias de siempre que pocos son los que dibujan algo así como una estrella de mar o, más sencillo todavía, una circunferencia. Por el contrario, el pensamiento productivo, que es el que intenta no tener en cuenta lo que conoce y partir de cero, es el pensamiento que más hace para que uno salga de sus circunstancias actuales.

Para salir de las circunstancias actuales es fundamental valorar positivamente el error. Todos hemos recibido en herencia la educación propia de Occidente, que proviene de la tradición latina y griega, y que está fuertemente basada en la crítica: pensamos que, corrigiendo lo que está mal, algo está bien. Gran parte del pensamiento occidental proviene de esta herencia. Sin embargo, los errores son una fuente de aprendizaje riquísima. Todos tenemos mucho miedo a equivocarnos, cuando en verdad equivocarse resulta fundamental. Quien no se equivoca no prospera ni progresa. El error es la clave del cambio, y tenemos que pasar a amar los errores y a fijarnos en ellos.

Citaré el ejemplo de Charles Darwin. Él llevaba siempre consigo una libretita en la cual apuntaba todo aquello que él no compartía o pensaba que no era cierto. Cuando oía un comentario con el que no estaba de acuerdo, rápidamente lo apuntaba. ¿Por qué? Porque el inconsciente es muy traicionero y tiende a apartar lo que no nos cuadra, y Darwin sabía que, si él se basaba sólo en lo que ya sabía y creía, sólo lograría continuar anclado en su paradigma actual. Y sólo él podría sacar de su paradigma pensamientos que él no compartía. Fue en esa libreta (una libreta llena de errores o de pensamientos que no compartía) donde se inspiró la teoría de la evolución. De hecho, en esa libreta hay hojas, reproducidas en muchos sitios, sobre las que están reflejados los primeros diagramas de la teoría de la evolución.

Sin embargo, no hace falta que sea tan complicado. Por ejemplo, en el campo del deporte, concretamente en el salto de altura, hasta aproximadamente 1968 se saltaba mediante la técnica de tijera o de rodillo ventral. Uno de los atletas más célebres de la historia fue Dick Fosbury, quien inventó el Fosbury flop (el salto de Fosbury). Fosbury pensó más o menos lo siguiente: "Todo el mundo salta una valla de cara". Esto es imprescindible porque, sin tomar conciencia de algo tan sencillo (sus circunstancias), Fosbury no habría estado en condiciones de decidirse a ponerse de espaldas. El problema es que nadie hasta entonces se planteaba que saltaba de cara. Realmente, cuando uno toma conciencia de las circunstancias en las que se encuentra, es muchísimo más fácil empezar a cambiarlas.

Otro problema añadido es que, cuando uno empieza a introducir cambios, el resto del mundo lo observa con perplejidad, asombro e incredulidad. Cuando Dick Fosbury empezó a saltar de espaldas recibió unas críticas durísimas; sin embargo, eso es lo que ha permitido llevar el salto de altura desde 2,24, que era la marca en aquel año, a 2,45. Dick Fosbury fue un atleta que pasó a la historia y ganó la medalla a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, es curioso que nunca superó el récord mundial –que, por cierto, se había conseguido con la otra técnica de salto–. Dick Fosbury era un buen atleta, aunque no excepcional, puesto que no tenía las habilidades físicas suficientes para obtener una medalla. Sin embargo, ganó la medalla analizando previamente sus circunstancias.

Aquí me gustaría aportar otro ejemplo sobre el error. Yo tengo una hija de tres años que se llama Blanca y que ahora está en la época de ir al parvulario. Como todas las niñas de su edad, va con la libreta y vuelve con los ejercicios. Pues bien, en cierta ocasión venía con un ejercicio que era una circunferencia que tenía que pintar y me dijo: "Papá, no tengo que salirme de la raya". Yo respeté ese ejercicio porque mi hija tenía que adquirir esa habilidad, pero al mismo tiempo me disgustaba porque hay que plantearse qué sucede porque se salga de la raya. Por eso, cuando ya no tenía que llevar más la libreta al parvulario y la profesora no le iba a decir nada, hablé con mi hija: "Blanca, ven para acá. Coge un bolígrafo. Ahora vamos a salirnos de la raya". Y me respondió: "El papá está loco". "Sí, Blanca, salte de la raya", dije yo.

Y empezó a dibujar; primero con cierta timidez, pero poco a poco saliéndose de la raya. Y lo que era meramente un ejercicio de habilidad ("no debo salirme") se convirtió en otra cosa. Blanca empezó a ver cantidad de cosas. Empezó a decirme: "Papá, no es un círculo, es un ojo que llora". O me dijo: "Esto es el Sol". En definitiva, mi hija empezó a ver cantidades de cosas donde antes lo único que veía era "no equivocarse".

Aun así, ¿por qué nos da tanto miedo el error? Aquí entramos en un discurso que tiene que ver más con el riesgo. Sentimos mucha aversión al riesgo, cuando el riesgo es muchas veces la felicidad temida. La realidad es neutra, y, al final, el riesgo es una cuestión de percepción. Evidentemente, hay riesgos reales, pero sobre todo los riesgos relacionados con la toma de decisiones (los riesgos empresariales, por ejemplo) son muchas veces cuestión de percepción.

Aportaré un dato: una de cada de tres personas tiene miedo a volar, y, sin embargo, sólo se cae uno de cada millón y medio de vuelos. El dato es apabullante: uno de cada tres con respecto a uno de cada millón y medio. La respuesta puede ser que se trata totalmente de una cuestión de percepciones. Yo tenía bastante miedo a volar y seguí los consejos de un libro (Más allá del miedo). Se trataba de empezar a imaginarse que uno está dentro de un avión y que el avión se estrella. A ese ejercicio había que dedicarle veinte minutos diarios, imaginando con todo lujo de detalles cómo el avión entraba en barrena, se iban rompiendo los vidrios y los pasajeros gritaban. Me puse a ello los veinte minutos diarios de rigor durante dos semanas. Al final estaba harto, estaba cansado de pensarlo. Entonces me subí al avión, y, por supuesto, empezaron a venir los pensamientos de temor. Sin embargo, me daba tanta pereza, que el miedo se esfumó. En definitiva, con el miedo ocurre que, cuando se le mira a los ojos, uno descubre que no hay nada detrás. O mejor: detrás del miedo hay deseo, y al miedo no hay que vencerlo, sino que hay que convencerlo. Y la única manera de convencerlo es dejarlo entrar dentro de uno.

¿Más maneras de cambiar circunstancias actuales? Por ejemplo, en el terreno empresarial me gustó muchísimo lo que se utiliza en Hewlett Packard. Para poder salir de las circunstancias actuales en Hewlett Packard emplean la técnica siguiente. Por ejemplo, ante una propuesta como que la impresora LaserJet debe bajar su precio un 70% y, además, el nuevo modelo que está previsto que tarde dos años se tiene que hacer en ocho meses, lo normal es que el resto del comité directivo diga que es imposible. Ante ello, la respuesta que siempre se les da es ésta: "Bueno, eso es imposible bajo las circunstancias en las que estamos. Eso es imposible porque la empresa está pensada para que eso sea imposible, por lo que pónganse ustedes a pensar cómo debería cambiar esta empresa para que eso sea posible". Entonces se ponen a trabajar en cambiar la empresa para que esa locura que es un objetivo imposible sea posible. Pues bien, al cabo de un año consiguieron bajar un 70% el precio de la impresora LaserJet.

Entramos en la cuarta regla de la buena suerte, que es una de mis favoritas. Afirma que preparar las circunstancias para la buena suerte no significa buscar sólo el beneficio propio, sino que crear circunstancias para que otros ganen también atrae la buena suerte, que no es más que compartir.

Pensemos, por ejemplo, en Bill Gates, que es considerado el hombre más rico del mundo. Cuando busqué en Internet y miré la proporción de acciones de Microsoft que tenía, me quedé de piedra al comprobar que Bill Gates, que fue el creador de la empresa, por lo que un día tuvo el 100% de las acciones en su poder, ya sólo tiene el 10%. Me di cuenta de que Bill Gates era el hombre más rico del mundo precisamente porque ya sólo tiene un 10%, es decir, porque ha cedido el 90%. Probablemente, si hubiera querido concentrar ese 100%, ahora sería tan sólo un pequeño empresario de la Costa Este. Compartir es importantísimo. Al final, la buena suerte es como el agua: si la dejas estancada, se pudre, cuando lo que necesita es fluir.

Hay casos empresariales de este tipo buenísimos. Por ejemplo, Anita Roddick, que es la fundadora de Body Shop, la empresa de cosméticos de mayor crecimiento del Reino Unido y la más rentable. Una de las cosas que hace en sus tiendas es pedir a todos los dependientes que piensen en una causa social que les preocupe, y se compromete a que el 25% de los beneficios de esa tienda se destine a esa causa social. Es uno de los comercios de mayor crecimiento. Los empleados que trabajan allí saben que, cada vez que venden un perfume, están contribuyendo a algo que les preocupa. Realmente, la sociedad tiene que cambiar en esa dirección, y ha de pasar del paradigma de la competición al paradigma de la colaboración, porque, si no, entre otras cosas estamos poniendo en peligro el futuro de este planeta.

Otro caso muy interesante es la cadena de supermercados Mercadona, que aplica de forma impresionante políticas de recursos humanos basadas en compartir. Por ejemplo, los 39.000 empleados están en plantilla, en nómina y con contrato fijo. Si un empleado muere, el cónyuge recibe el mismo salario de por vida. Los hijos, a los dieciocho años de edad, tienen derecho a un contrato de por vida al entrar en la empresa. Una de las políticas de la compañía es que todo el mundo viva a menos de quince minutos caminando, y tiene un departamento dedicado a tramitar y ayudar en el cambio de vivienda para que la gente disponga de tiempo para sus hijos. Y lo más sorprendente es que, cuando abren un nuevo supermercado, el local lo ponen a nombre de los empleados. Para pagarlo, piden un crédito y Mercadona firma un contrato de alquiler de veinticinco años pagando la renta media de aquella zona más medio punto, con lo cual la compra está garantizada. Los empleados que trabajan en esa tienda saben que, al cabo de veinticinco años, el local será suyo. Mercadona podría quedarse el local y obtener más beneficios, pero a través de esa forma de compartir está creando la cadena de supermercados nacional de mayor crecimiento en este país, superando a todas las multinacionales francesas.

Nos vamos ahora a la quinta regla, cuyo enunciado es el siguiente: si se deja para mañana la preparación de las circunstancias, la buena suerte quizá nunca llegue.

Crear circunstancias requiere dar un primer paso, pero esta quinta regla nos obliga a algo más: hay que darlo precisamente hoy, es decir, no hay que postergar, sino perseverar. Algunos números, muy sorprendentes, revelan que la calidad es hija de la cantidad. Muchas veces, uno tiene el deseo de escribir un libro de poesía o de montar un pequeño negocio o de cualquier otra iniciativa, pero lo quiere hacer tan bien a la primera que eso lo bloquea. Cuando se analiza a las personas más célebres, a las que han hecho las obras más brillantes, se llega a la conclusión de que son individuos que han desarrollado una cantidad de creaciones totalmente brutal, y que fue la cantidad la que les trajo la calidad.

Traeré a colación algunos datos. Por ejemplo, Thomas A. Edison, que fue el creador de la lámpara luminosa, del fonógrafo y de dos o tres inventos más que se le conocen. Sin embargo, Edison tiene 1.903 patentes, un récord que nadie ha superado, aunque es conocido por unos pocos inventos. Es cierto que algunas resultan verdaderamente absurdas, como aquel invento de guardar el hielo en los establos para que no se fundiera, ideas que no llegaron nunca a ningún sitio. No obstante, aunque muchas de ellas han pasado al olvido, detrás hay una historia de muchísimo perseverar. Cuando Edison inventó la bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que uno de sus discípulos que colaboraba con él en el taller le preguntó si no se desanimaba ante tantos fracasos. Y aquí entra de nuevo la cuestión de la percepción del error, porque Edison respondió: "¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla". Ahí está esa actitud ante el error y el fracaso a la que antes me referí


Otro caso sensacional es Mozart. Se le conoce La flauta mágica, Don Giovanni, el Requiem, La Turca, que es la tercera parte de una sonata, La canción infantil, cuatro o cinco obras. Ahora bien, Mozart tiene más de seiscientas composiciones compuestas desde los seis hasta los treinta y cinco años, edad a la que murió (en 1791). Otro tanto sucede con Bach, a quien se le recuerda por las Cantatas, los Preludios, las Variaciones Goldberg, cuando Bach tiene registradas 1.087 composiciones. Bach escribía cada semana una cantata. Es más: tenía preparadas en su mesita de noche una pluma y una partitura porque decía que era en el momento en el que se despertaba cuando miles de melodías confluían en su cabeza, por lo que, para no olvidarlas, rápidamente esbozaba las cuatro notas de aquella melodía.

A Einstein se le conoce por la teoría de la relatividad y por el desarrollo del átomo, que llevó a la bomba atómica. En cambio, Einstein tiene 248 trabajos publicados con descubrimientos científicos. De Picasso se conocen por regla general siete u ocho cuadros, aunque Picasso realizó más de veinte mil dibujos. Picasso dijo en cierta ocasión lo siguiente: "Que la inspiración llegue no depende de mí; lo único que yo puedo hacer es que, cuando llegue, me coja trabajando". Esta frase tan interesante habla de cómo el trabajo y la inspiración se comportan, en definitiva, de modo parecido a la forma en la que llega la buena suerte.

Nos vamos a la sexta regla, que enseña lo siguiente: "Aun bajo las circunstancias aparentemente necesarias, a veces la buena suerte no llega. Busca en los pequeños detalles circunstancias aparentemente innecesarias, pero imprescindibles". Hay que mimar el detalle. Muchísimos de los grandísimos descubrimientos de este siglo y del siglo anterior han llegado por pequeñísimos detalles que pasaban inadvertidos a muchas personas.

Un ejemplo es el de Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina, quien estaba haciendo unos cultivos sobre la gripe y su bacteria, cuando de pronto creció moho. De todas formas, eso no era nada nuevo, ya que a muchos científicos les entraba oxígeno en los cultivos, o sencillamente éstos envejecían. Cuando esto sucedía, el cultivo simplemente se tenían que desechar. Sin embargo, a Fleming se le ocurrió observar el moho bajo el microscopio, y pudo comprobar que toda el área de alrededor de la capa de moho estaba libre de estafilococos. Siguió investigando y halló un moho que llamó penicillium notatum, el cual empezó a ser toda la base de la penicilina.

Fleming publicó su hallazgo en 1928, aunque nadie hizo caso. Sin embargo, con el tiempo la penicilina ha salvado millones de vidas. En una entrevista, le hablaban a Fleming sobre el descubrimiento, y él aseguraba que no lo comprendía, porque decía que él no había hecho nada especial, salvo no ignorar aquella sugerente capa de moho. Es muy interesante esa reflexión: no ignorar lo que tantos científicos habían tenido en sus cultivos. A veces, los grandes descubrimientos se esconden detrás de pequeños detalles, pero uno los ve solamente cuando tiene una actitud muy, pero que muy atenta. En definitiva, cuando mantiene la actitud adecuada.

Abordemos la séptima regla, que señala que, a los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo, mientras que, a quienes se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa. Muchas veces, cuando estamos ante un proyecto personal o profesional para muchas personas, puede resultar absurdo lo que estamos realizando. Y es muy curioso percibir que, cuando se habla con personas que están dentro de ese proyecto y que están muy convencidas, éstas no entienden que los otros lo vean absurdo.

Hay un momento casi al final de la fábula de La Buena Suerte en el que los dos caballeros se encuentran en el bosque. El caballero blanco ha removido un poco la tierra por si acaso naciera ahí el trébol, y entonces el caballero negro se topa con él por casualidad. Es un punto del libro que a mucha gente le ha pasado muy desapercibido, pero resulta un momento clave porque, cuando uno está leyendo, piensa que el caballero blanco ya ha encontrando el trébol. Sin embargo, éste le dice al otro caballero que no tiene nada que temer y que tiene la tierra y que he hecho llegar agua porque, a lo mejor, nace ahí el trébol. Por su parte, el caballero negro no entiende nada y le pregunta si sabe realmente que ése es el sitio del trébol, a lo que el caballero blanco responde que no. Entonces el caballero negro lo tacha de chalado por pretender que ése sea el sitio donde va a nacer, sabiendo que el bosque es tan grande. En definitiva, le resulta totalmente absurda la posición del caballero blanco, quien, en cambio, dice que está haciendo lo que tiene que hacer. Y aunque durante los primeros días le parece un poco absurdo trabajar en un terreno donde no sabe si va a nacer el trébol o no, a medida que van pasando los días cada vez le preocupa menos.

¿Qué lectura hay que hacer de la forma de pensar del caballero blanco? Creo que la siguiente: muchas veces, alcanzar la satisfacción plena consiste en poner el resultado dentro del proceso. Muchas veces nos volcamos demasiado en el resultado, es decir, según lo que obtengamos estaremos más o menos contentos. Sin embargo, de esa manera nunca lo estamos del todo, porque yo muchas veces me formulo la pregunta siguiente: ¿cuántos libros tengo que vender para ser feliz? Cada vez que me hago esta pregunta no llego a ninguna cifra; y entonces, al final me doy cuenta de que lo que tengo que hacer es disfrutar de la promoción del libro, y de estar aquí, y de conocer a gente. Hay que olvidarse del resultado, o mejor, poner el resultado dentro del proceso: cuando esto sucede, a uno le parece absurdo que otros piensen que está dependiendo del azar, porque ya se está disfrutando.

Nos vamos a la regla número ocho, que sentencia que nadie puede vender suerte. La buena suerte no se vende. Hay que desconfiar de los vendedores de suerte. Todos tenemos tantas ganas de hacer realidad nuestros anhelos que siempre hay un tipo listo que te ve con tantas ganas de éxito o de lograr tu sueño que te lo pone en tus manos. Y te dice: "Yo tengo lo que tú necesitas para hacerte llegar hasta tu sueño". Y muchas veces caemos. ¿A cuántos de nosotros nos han dicho eso de "Tengo un negocio formidable. Sólo un millón de pesetas. No se lo digas a nadie. Es un gran negocio?". Y después te enteras de que uno se metió en él y lo perdió todo. Ésos son los vendedores de suerte. Ante eso, uno ha de tener fe y ha de perseverar en su sueño.

Hay casos de ventas de suerte impresionantes. Por ejemplo, Joseph Swan, un británico, es el inventor de la bombilla. Edison no inventó la bombilla, sino que lo hizo Joseph Swan, que no pasará a la historia porque sencillamente no hizo más que una decena de intentos (sólo le faltaban alrededor de unos novecientos). Lo que hizo Edison fue coger la bombilla de Swan, en la cual entraba oxígeno y los filamentos se quemaban, y trabajó con entrega hasta que consiguió un tipo de material con el cual el filamento no se quemara. Esto último fue labor de Edison, pero el invento de la bombilla corresponde a Swan, que, sencillamente, no perseveró lo suficiente.

Otro caso es el de Tim Paterson. Tim Paterson no es conocido, pero en cambio fue el programador del sistema operativo MS-DOS, que fue el primer producto que Bill Gates lanzó al mercado bajo Microsoft. De hecho, Bill Gates fue llamado por IBM, que le preguntó por alguien que hiciera software. Bill Gates propuso un programador que, sin embargo, rechazó la oferta porque le pedían una exclusiva, y volvieron de nuevo a Bill Gates. Éste dijo a Tim Paterson –que ya tenía un software– que se lo compraba por cincuenta mil dólares, y sencillamente con unos cuantos cambios y dos semanas después lo vendía por millones de dólares a IBM. De todas maneras, y como ya he indicado, Bill Gates compartía. Bastante meses después dejó entrar a Tim Paterson en su empresa y le dio acciones. De todos modos, cincuenta mil dólares de 1982 probablemente no están mal, pero vendió bastante barata su suerte. Es ahí hay donde también hay que tener cuidado.

La novena regla mantiene que, cuando ya se han creado todas las circunstancias, hay que tener paciencia y no abandonar. Es decir, para que la buena suerte llegue, confía. Sobre esta regla se pueden poner ejemplos muy curiosos.

El primero es el de la política de Kellogs, el fabricante de cereales. Cuando Kellogs entra en un país en el que la población no desayuna con cereales, lo que hace es invertir en publicidad, encargar anuncios que muestran cómo las familias desayunan con cereales. Desde luego, la gente no consume, y ellos pierden dinero porque van haciendo sus campañas de publicidad sin que las ventas den para soportar esas campañas. No obstante, siguen y siguen durante normalmente diez años. Se ponen diez de años de inversión para lograr cambiar los hábitos de una población que tiene que pasar a desayunar con cereales, que es como desayunan los estadounidenses, pero no como lo hacíamos hace unos años los europeos. El caso es que, cuando Kellogs logra cambiar esas costumbres, adquiere unas participaciones de mercado y unos niveles de venta extraordinarios, y normalmente permanece en el liderazgo durante un lapso de veinte a veinticinco años. Ahora bien, para eso han sido necesarios diez años de inversión sin abandonar.

Otro dato interesante nos lo proporciona la revista Forbes, donde leí unas entrevistas que mantuvieron con los principales millonarios americanos, a los que preguntaban cuántas veces se habían arruinado antes de hacerse millonarios. El número era sorprendente: antes de hacerse millonario, un millonario americano se arruina 3,75 veces. Es decir, lo pierden todo y vuelven a empezar 3,75 veces, aunque, eso sí, probablemente aprendiendo mucho de los errores.

Veamos otro caso. Poca gente sabe que el post-it se inventó en 1968 por un ingeniero que se llamaba Spencer Silver. Este persona pensó inicialmente que esa goma que pegaba mal, aplicada sobre papel, podía servir para crear carteles de publicidad. Se podrían colocar en las universidades, en los teatros, etc., y después poder retirarlos sin tener que poner cola detrás, algo que resultaba muy engorroso. Sin embargo, no le veían potencial, y él estuvo doce años hablando con otros ingenieros con el fin de ver para qué demonios podía servir el papelito con la cola que pegaba mal.

Finalmente, la idea se le ocurrió a un compañero que trabajaba en la empresa y que cantaba en la coral de su barrio. Resulta que esa persona marcaba con papelitos rotos los puntos de las canciones que tocaba cantar, como muchos hacemos a veces con los libros. Sin embargo, sucedió que, en mitad de una representación, mientras cantaba en la coral, se le cayeron todos los papelitos, y se volvió loco durante toda la misa buscando la canción que tocaba cantar. Entonces se acordó del papelito amarillo: aquello podía servir de puntos de libro. Así lo lanzaron inicialmente, y hoy día recibe muchas aplicaciones, hasta el punto de haberse convertido en uno de los máximos éxitos empresariales del siglo XX. Aun así, poca gente sabe que, durante doce años, hubo una persona preguntando dentro de su empresa a quién se le ocurría para qué podía servir aquel papelito amarillo que pegaba tan mal.

La décima y última regla afirma que crear buena suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. Ahora bien, la oportunidad no es cuestión de suerte o de azar, sino que la oportunidad siempre está ahí. Evidentemente, esto es demasiado discutible para que yo lo pueda demostrar. Yo no puedo demostrar que el azar no existe: puede que yo salga de aquí y me caiga una piedra encima. Uno no puede negar el azar –de hecho, el azar es parte de la vida–. El riesgo es vida. Si estuviera todo predeterminado, sería horroroso; si supiéramos lo que va a pasar mañana, no tendría sentido vivir. He aquí la gran paradoja de la vida: saber que el azar es lo que nos da la vida, pero al mismo tiempo no cometer el error de abandonarnos a él.

Sin embargo, lo que sí hay es muchísimas oportunidades. Recuerdo que en cierta ocasión le preguntaron a Gabriel García Márquez cómo era posible que a él le sucedieran tantas cosas asombrosas, y él respondió que le ocurría lo mismo que a todo el mundo, sólo que él aprovechaba las oportunidades que pasaban por delante de él. Hay una teoría americana muy implantada que es la teoría de la oportunidad. Generalmente se dice que, hablando de negocios, lo contrario de "oportunidad" es "amenaza", pero a nosotros nos gusta decir que lo contrario de oportunidad no es amenaza, sino inoportunidad, que es no hacer lo que conviene en el aquí y en el ahora. Realmente, las amenazas existen; pero lo que hay, y mucho, son inoportunidades.

Todas las ideas que he explicado hasta ahora pueden sintetizarse de esta forma: crear buena suerte consiste, únicamente, en crear circunstancias. Hay una fórmula que nos gusta mucho, y que dice que i x d = r. Es decir: imaginación por deseo igual a realidad. Absolutamente todo lo que hay a nuestro alrededor que sea material (un vaso, una botella, un reloj, un micrófono...) antes no estuvo, hubo un momento en el que no fue. Todo ha pasado por la imaginación y por el deseo de alguien. Por tanto, la creación de circunstancias es, al final, activar la imaginación y el deseo: entonces es cuando las oportunidades aparecen.

Terminaré haciendo una breve referencia a las desgracias. Las desgracias están ahí y no se pueden negar; la vida se compone de dolor y de sufrimiento, aparte de alegrías. Quizá el gran reto de vivir es averiguar la forma de integrar el dolor y la desgracia para que la vida valga la pena.

En este sentido, hay una historia que a mí me dejó conmovido. Es la historia de una chica norteamericana surfista de trece años. Iba para campeona de surf, pero hace dos meses un tiburón la derribó y la mordió. Le arrancó todo el brazo izquierdo. La chica consiguió volver a nado como buenamente pudo, y lograron salvarle la vida.

Solamente dos semanas después de ponerse en pie, lo primero que dijo fue esto: "Quiero volver a la tabla de surf". Y su padre le preguntó: "Pero ¿por qué?". Y ella respondió: "Porque me he dado cuenta de que lo que Dios me ha pedido en esta vida no es ser una campeona, sino demostrar a las mujeres que la superación es posible".

La mentalidad de esta chica es una mentalidad verdaderamente ganadora: se dio cuenta, en definitiva, de que ese terrible dolor y esa terrible pérdida deben ser el punto de partida para empezar a crear buena suerte.





Faro: D. Fernando Trías de Bes, Profesor de la Bussiness School ESADE
Autor del best-seller 'La Buena Suerte'

El Carácter un elemento de la imagen


Nuestro carácter es el primer elemento de nuestra imagen. La forma en que nos comportamos, tratamos y nos presentamos a los demás habla de nosotros.

No es la ropa, ni los zapatos, ni andar a la última moda el elemento principal de la imagen, es lo que llevas por dentro lo que te hace diferente.

Puede que esto te sorprenda y te estarás preguntando, ¿Qué relación hay entre la forma de ser de una persona (carácter) y la forma en que se proyecta a los demás (imagen)? Si no todo, tiene que ver mucho.

La forma en que nos comportamos y tratamos a los demás habla de nosotros; la manera en que nos presentamos ante los demás es nuestra tarjeta de presentación que dice "esta soy yo, y así me siento acerca de mí misma". Para ilustrarlo mejor, analicemos diferentes definiciones de lo que es el carácter y su relación con la imagen.

Tener carácter es ser fiel a un conjunto de principios que rigen nuestra vida. Estos principios quedan plasmados en la forma en que nos comportamos, vestimos, maquillamos y peinamos.

Tener carácter es el arte de aprender a controlar nuestros estados emocionales y mantener la estabilidad de temperamento no de acuerdo a las circunstancias, sino a una forma de vida que yo misma cultivo día a día desde mi interior. A su vez, nuestro temperamento se ve manifestado en nuestras actitudes, los gustos que tengamos al vestirnos, peinarnos y maquillarnos.

Tener carácter es ejercitar nuestra propia voluntad. La que nos dice que soy una mujer que puede aprender a ser dueña y señora de sí misma. Por lo tanto, poseo la libertad interior de escoger una forma habitual de comportamiento y no me convierto en esclava de la moda llevando mis años con alegría y dignidad.

Es no dejarse llevar por sentimentalismos, así como estar decidida a ser una mujer fuerte y completa sin dejar por eso de ser femeninas. Por tanto me controlo ante eventos fuertes y tengo la opción de ser versátil y creativas con lo que me pongo.

Es dar a las cosas la importancia que tienen (carácter) No es la ropa la que me hace parecer importante o más bella (imagen) Es sólo el complemento y la extensión de mí misma. La ropa es la que sella con broche de oro mis habilidades en relaciones humanas ya que manifiesta el respeto que siento por los otros.

De esta manera podemos ver la relación tan cercana que hay entre carácter e imagen. Vivimos en una época en donde la imagen es muy importante. Vivimos en un mundo visual cuya característica principal es el consumismo. Pero el carácter cuenta. Y cuenta tanto más que la imagen. Además el carácter aunque no nos lo parezca también es visual.

Constantemente estamos hablando con nuestro rostro. La forma en que miramos a los demás, sonreímos, saludamos, caminamos, respondemos. Todo esto es la manifestación pura de nuestra forma de ser. Por lo mismo y no importando a que te dediques, ama de casa, profesionista, religiosa, enfermera, secretaria, estudiante, etc.

 Antes de preocuparte por la ropa que te pones, el peso, el cabello, las uñas y el maquillaje. Preocúpate por adquirir un carácter estable y armonioso de manera que el arreglo personal sirva únicamente para embellecer el magnetismo y aplomo que proviene de tu interior. Cuántas cabezas voltearán ya que estás conciente sabes que la elegancia es interna.

Faro: http://www.sheilamorataya.com/ 

sábado, 26 de febrero de 2011

Cómo desarrollar y fortalecer la personalidad


Cada hombre contiene varios hombres en su interior, y la mayoría de nosotros saltamos de uno a otro sin saber jamás quienes somos. Paul Auster

Personalidad. (De personal). Según Rae

1. f. Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra. 
2. f. Conjunto de características o cualidades originales que destacan en algunas personas.

Si la personalidad es un patrón de pensamientos, sentimientos y conducta de una persona que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes situaciones, ¿por qué es importante desarrollarla y fortalecerla entonces? 

Por: José René Alvarado

Todas las situaciones de la vida a las que nos enfrentamos cambian constantemente. Como profesionales vivimos situaciones muy diferentes a las que experimentamos cuando éramos estudiantes universitarios, por ejemplo. 

Asumir que nuestra personalidad será la misma durante toda nuestra existencia nos lleva a un acomodo de vida, a un estancamiento. Nuestro gran desafío es desarrollar y fortalecer permanentemente una personalidad exitosa.  

ALGUNAS CUALIDADES PROPIAS DE UNA PERSONALIDAD EXITOSA 

Para tener una personalidad exitosa, debes ser… 

Elocuente
Activo
Buen escuchador
Positivo
Espontáneo
Entusiasta
Comunicativo
Sincero
Sociable
Afable
Amable
Cooperativo
Servicial
Flexible
Justo
Cortés
Confiable
Agradable Afectuoso Bondadoso Compasivo Comprensivo
Organizado
Interdependiente Responsable Trabajador
Eficiente Planificador
Práctico
Administrador
Estable
Empático Persistente Pacífico
Inteligente Observador Creativo
Innovador Analítico Reflexivo 

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA MEJORAR NUESTRA PERSONALIDAD?

A continuación te enseñamos qué debes hacer para desarrollar y fortalecer las cualidades mencionadas anteriormente, son consejos que un profesional puede practicar todas las semanas:

- Cree en ti mismo siempre. Cuando uno confía en sí mismo, se afirma y realiza las cosas muy bien. Uno se siente capaz y aceptado. Las personas que son o han sido maltratadas, rechazadas, criticadas constantemente o abandonadas generalmente no tienen confianza. Esas personas muestran una personalidad culpable y poseen una imagen muy pobre de sí mismas. Autoevalúate constantemente, conoce tus fortalezas para crecer y acepta tus áreas débiles y conviértelas en oportunidades de mejora. 

- Toma tus propias decisiones. Cuando tenemos principios y valores positivos en nuestra vida y vemos con claridad las metas que queremos alcanzar debemos tener la libertad de tomar nuestras propias decisiones. Podemos buscar consejos, sugerencias y escuchar objeciones, sin embargo nunca olvidemos que la decisión final es nuestra. Este ejercicio nos mueve a la reflexión y al análisis.

- Aprovecha todas las oportunidades para hablar en público. Desarrollar la capacidad de pararse frente a un público y hacerse escuchar es un elemento clave para fomentar la autoconfianza. Cuando vamos aprendiendo a expresar nuestras ideas de manera adecuada y a una amplia variedad de auditorios, desarrollamos una personalidad que sabe comunicarse, que sabe cómo vender sus ideas.

- Aprende a negociar para que todos ganen. Siempre en la vida estamos negociando, y tener la capacidad de buscar que los intereses personales y los de la otra parte sean satisfechos demuestra una personalidad justa, flexible, confiable y empática.

- Administra bien tu tiempo y tus recursos. Saber administrar el tiempo y los recursos adecuadamente es el premio que obtienen las personas organizadas, responsables, eficientes y que planifican su vida de forma consciente.

- Sé un buen escuchador. El secreto de saber comunicarnos se encuentra en escuchar atentamente. Si sabemos escuchar, sabremos qué decir. Esta es una habilidad que se adquiere si se practica todos los días. Debemos escuchar sin interrumpir. Una persona que es sincera, confiable, empática y comprensiva desarrolla la habilidad de escuchar con mucha facilidad.

- Mantén el control del estrés y las preocupaciones. Nuestro crecimiento como personas es más evidente desde las dificultades y los problemas que desde ambientes agradables y sin presiones. Debemos aprender a enfrentarnos a las diferencias y a las dificultades, pero para ello debemos mantener un control sobre el estrés y las preocupaciones que surgen como consecuencia de los problemas de la vida diaria. Tener el control nos permite ser personas observadoras, creativas, innovadoras, analíticas y reflexivas.     



viernes, 25 de febrero de 2011

Los 7 pasos del cambio




1.- Potencia la energía, el compromiso y la dedicación a través de la dedicación conjunta de los problemas y sus soluciones
No puedes pedir energía y compromiso del mismo modo que pedirías un informe mensual, pero puedes generarlos si involucras a la gente en el proceso.

2.- Desarrolla una visión compartida de cómo organizarse  y dirigir para ser competitivo
 No puedes permitir tener varias visiones de lo que hay que hacer. Y una vez que tengas la misión asegúrate de que la gente la ve como algo que le interesa personalmente

3.- Identificar el liderazgo
Tienes que tener involucradas a las mejores personas posibles y las necesitas en todos los niveles y no pongas ese liderazgo en manos de los RRHH

4.- Concentrate en los resultados no en las actividades
Concéntrate en cosas que contribuyan de manera directa y tangible en la mejora fundamental

5.- Empiece el cambio en la perifería, y deje que después se extienda a otras unidades sin presionar desde arriba
Es mucho más probable que se consiga el cambio a toda la organización si alientas el cambio en las unidades perifericas y deja que luego se vaya difundiendo

6.- Institucionalice el éxito por medio de políticas, sistemas y estructuras formales
Y no te olvides de poner en práctica maneras de medir el cambio

7.- Vigile atentamente y ajuste las estrategias en respuesta a los problemas del proceso de cambio
Algunas personas se irán, algunos elementos de su agenda de cambio fracasarán  y los competidores probablemente cambiarán sus tácticas, así que sea flexible

Errores típicos que hay que hay que evitar:

- Imponer una solución estereotipada o prefabricada
- Impulsar el cambio desde lo alto
- Poner los recursos humanos al mando
- Confiar demasiado en una solución técnica
- Intentar cambiar todo de golpe

Faro: Michael Beer 

jueves, 24 de febrero de 2011

!Estar feliz es la llave del éxito!


Estar feliz, es la señal de que estamos vibrando de forma positiva y en sintonía con nuestros deseos, a continuación te ofrecemos siete razones por las cuales debemos mantenernos todo el tiempo felices.

1.- Estar feliz nos permite disfrutar la vida de forma positiva apreciando cada detalle y cada experiencia que vivimos. Valorizando las personas, situaciones y cosas que nos rodean.

2.- Estar feliz permite a nuestro organismo funcionar correctamente y poder utilizar todas nuestras capacidades equilibradamente. El gozar de una buena salud es fundamental para fomentar el bienestar general.

3.- Al permanecer felices atraemos a nuestra vida cosas positivas que nos ayudan a lograr metas propuestas, nuestros pensamientos son fundamentales a la hora de atraer a nuestra vida lo que deseamos, cuando siempre mantenemos pensamientos positivos nuestra vida se desarrollara satisfactoriamente.

4.- Ser feliz nos permite actuar activamente en la vida, a pasar tiempo realizando actividades que nos agradan y entretienen, ser más productivos.

5.- Estar feliz nos permite organizar nuestra vida en pro de nuestras metas y de descubrir nuestro propósito o talento único.

6.- Estar feliz nos hace acumular y regenerar nuestra energía al tiempo que no se desperdician en pensamientos negativos y/o preocupaciones innecesarias.

7.- Al estar felices atraemos a nuestra vida personas que vibran igual que nosotros y nos permite entablar relaciones de amistad y amorosas estables y positivas en nuestra vida.

Estas son solo siete de las razones para estar felices en nuestro día a día, cuando logras permanecer en este estado siempre, tu vida cambia radicalmente y todo a tu alrededor se desenvuelve de manera fácil y por caminos sin obstáculos o por lo menos caminos fáciles de recorrer.

Faro: http://dentrodemi.com/

Primero Yo


"Si queremos poner orden en el mundo, primero debemos poner la nación en orden. Para poner la nación en orden, primero debemos poner orden en nuestra familia. Para poner orden en la familia, hay que cultivar la vida personal. Y para cultivar la vida personal hay que poner el corazón en orden."

Confucio (551-479 a. C.)

Es increíble todo lo que se puede lograr cuando uno hace lo que le toca. Dentro de un equipo cada integrante tiene una función. El cuerpo humano tiene muchos miembros y cada uno cumple una función distinta pero igualmente importante. Todos en conjunto hacen que el cuerpo funcione perfectamente, si uno de ellos falla, todo el cuerpo se reciente.

Si cada quien se concentrara en ser mejor cada día, en cambiar los malos hábitos por buenos, en superarse sin estar viendo tanto a los demás, sin estar pendiente de criticar, el mundo sería mucho mejor. Pero ¿cómo poder cambiar el mundo si no comenzamos por nosotros mismos? Somos un gran equipo conformado por millones de personas, es imposible ponerse de acuerdo, lo único que nos queda es hacer nuestra parte y hacerla bien, ¿no les parece?

Faro: http://widly.blogspot.com/

miércoles, 23 de febrero de 2011

Salud mental: cómo mantener su salud emocional

¿Qué es buena salud emocional?
 
Las personas que emocionalmente son sanas tienen control sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Se sienten bien consigo mismas y tienen buenas relaciones interpersonales. Pueden poner los problemas en perspectiva.

Es importante recordar que personas que tienen buena salud emocional algunas veces tienen problemas emocionales o enfermedades mentales. La enfermedad mental con frecuencia tiene una causa física tal como un desequilibrio químico en el cerebro. El estrés y los problemas en la familia, trabajo o el colegio a veces pueden desencadenar una enfermedad mental o hacer que esta empeore. Sin embargo, las personas que emocionalmente están sanas han desarrollado maneras de hacerle frente al estrés y los problemas. Ellas saben cuándo necesitan buscar ayuda de parte de su médico o de un asesor psicológico.
 
¿Y con respecto a la rabia?
 
La gente a veces no sabe cuál es la causa de su rabia, cuánta rabia están llevando por dentro o cómo expresar rabia. Usted puede tener rabia en relación con ciertos eventos, consigo mismo o en relación con las acciones de las demás personas. Además, muchas cosas pequeñas pueden acumularse y hacerle pensar que la vida es injusta.

Si usted se da cuenta de que se está poniendo demasiado irritable o de que está tomando riesgos que no son saludables (tales como tomar alcohol en exceso o abusar de drogas) usted puede tener un problema para resolver la rabia. Es muy importante que usted hable con un médico o con un asesor psicológico acerca de cómo obtener ayuda.
 
¿Qué puedo hacer para evitar problemas?
 
Primero esté al tanto de sus emociones y reacciones y trate de entenderlas. Aprender a diferenciar las causas de la tristeza, frustración y rabia en su vida le puede ayudar a manejar mejor su salud emocional. El cuadro a la derecha le da algunos otros consejos útiles.
 
 Consejos para lidiar con sus emociones
  • Aprenda a expresar sus sentimientos en formas adecuadas. Es importante que la gente que está cerca de usted sepa cuando hay algo que le está molestando a usted. Guardar sentimientos de tristeza o de rabia dentro de si consume energía adicional y puede causar problemas en sus relaciones interpersonales y en su trabajo o escuela.
  • Piense antes de actuar. Las emociones pueden ser muy fuertes. Pero antes de que usted se deje llevar por sus emociones y diga o haga algo de lo cual podría arrepentirse tómese tiempo para pensar las cosas.
  • Empéñese por lograr llevar una vida balanceada. Saque tiempo para hacer las cosas que disfruta. Concéntrese en las cosas positivas en su vida.
  • Ocúpese de su salud física. Su salud física puede afectar su salud emocional. Cuide de su cuerpo haciendo ejercicio con regularidad, comiendo alimentos saludables y durmiendo lo suficiente. No abuse de las drogas o del alcohol.

¿Cómo afecta el estrés mis emociones?
Su cuerpo responde al estrés produciendo hormonas de estrés. Estas hormonas le ayudan a su cuerpo a responder a situaciones de necesidad extrema. Pero cuando su cuerpo produce demasiadas de esas hormona durante un período de tiempo largo, las hormonas agotan su cuerpo y sus emociones. Las personas que están continuamente bajo los efectos del estrés (tensionadas) con frecuencia son emocionales, ansiosas, irritables e incluso depresivas.
 
Si es posible trate de cambiar la situación que está causando su estrés. Los métodos de relajación tales como la respiración profunda y la meditación, y el ejercicio, también son útiles para afrontar el estrés.
 
¿Los problemas emocionales se pueden tratar?
 
Sí. Asesoría psicológica, grupos de ayuda y medicamentos pueden ayudar a las personas que tienen problemas emocionales o que padecen una enfermedad mental. Si usted tiene un problema emocional presente hable con su médico de familia. El médico le puede ayudar a encontrar el tipo de tratamiento adecuado.
 
 
 

Capacitación y aprendizaje, sístole y diástole de la mejora continua

 
Capacitación y aprendizaje, ¿cómo interactúan para lograr la mejora continua de la gestión?

Por: Diego Slobodianinck

"Han pasado dos meses del último curso de capacitación brindado a 100 empleados del centro de distribución y a otros tantos integrantes del equipo de planificación de la Supply Chain.

No obstante, el último relevamiento realizado no revela el índice esperado de disminución de errores en la gestión, ni en la aplicación efectiva de las mejores prácticas propuestas.

Se planea, entonces, reforzar conceptos y guías para la acción mediante el dictado de un nuevo curso durante la próxima semana..."

Los desafíos que enfrenta cualquier organización al momento de superar los diferentes obstáculos implícitos en el camino del crecimiento no son menores ni pueden abordarse con soluciones inmediatas fundadas en capacitaciones aisladas, reuniones esporádicas con referentes sectoriales o comunicaciones individuales en pasillos, salas y corredores.

El desafío propone un juego más complejo y más completo, un juego que requiere revisar ciertos paradigmas tradicionales inherentes al aprendizaje y, sobre todo, al modo en que se capacita una organización.

Vayamos a la fuente: según el diccionario, "aprender" es adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o la experiencia, en tanto que "capacitar" refiere a hacer a alguien apto, habilitarlo para algo.

Si bien capacitación y aprendizaje presuponen, para la teoría, una correlación positiva, en ocasiones los hechos del día a día nos muestran lo contrario. ¿Por qué?

Ciertamente, una empresa necesita de la capacitación y del aprendizaje tanto como de sus recursos y valores para crecer.

Cierto es también que necesita de un modelo de gestión integral que resulte capaz de tornar el crecimiento en desarrollo sostenible y, sobre todo, amalgamar en una misma dirección todos sus componentes, generando un espacio único y holístico donde capacitación y aprendizaje contribuyan real y efectivamente al mejoramiento continuo.

En este sentido, el aprendizaje es un proceso guiado por la capacitación, pero que además la retroalimenta, la nutre y enriquece y por esta vía a la organización toda.

En tanto que la capacitación, tras su objetivo de desarrollar aptitudes y habilitar a los miembros de cualquier sector de la empresa para que puedan realizar sus propósitos, deberá centrar su foco de labor en generar las condiciones necesarias y propiciar los espacios adecuados para que el aprendizaje resulte fructífero.

Así las cosas, resulta necesario un modelo de gestión a partir del cual la capacitación recree bases sólidas para el aprendizaje mediante la inclusión de este último en el proceso mismo del desarrollo organizacional.

Un modelo de gestión integral donde las condiciones y espacios necesarios deben ser elaborados y puestos en marcha sobre un andamiaje metodológico que concentre todos los componentes de una organización (sus procesos, su estructura, sus valores y sus recursos).

Este aparente cóctel de afanosa composición es, en realidad, un trago relativamente sencillo de elaborar, siempre y cuando se respeten algunas pautas fundamentales de orden metodológico en la concepción y aplicación del modelo.

En primer lugar, tanto la capacitación como el aprendizaje se constituyen en un común designio: mejorar la gestión.

Mejorar la gestión, ya sea de un área en particular o de la organización en general, requiere de un proceso de mejora capaz de sostenerse en el tiempo como modelo de gestión y sentar bases metodológicas para el desarrollo de la organización y de sus miembros.

Es en el marco de este modelo donde capacitación y aprendizaje se convierten en el motor del proceso de mejora continua, ya no desde el enfoque tradicional de comunicación y formación vía instrucción unidireccional, sino desde la generación de espacios, condiciones, herramientas y metodologías que favorezcan el aprendizaje.

Hablamos entonces de una forma de trabajar mejorando continuamente, donde la capacitación encuentra su preponderante lugar en el rol de FACILITADOR del aprendizaje, valiéndose de algunas técnicas tendientes a enriquecer y consolidar el aprendizaje:

Focus Groups: Las reuniones de equipos focales permiten el aprendizaje colectivo a partir del conocimiento y la experiencia que cada persona tiene de las actividades que realiza. Por otro lado, estimula la toma de decisiones en instancias puntuales y el trabajo en equipo, agilizando de este modo el proceso de implementación de cualquier nueva práctica definida.

Workshops: El proceso de implementación debe ser acompañado con talleres de capacitación diseñados sobre bases vivenciales, donde los participantes puedan ver reflejado su día a día y atarlo con las nuevas prácticas propuestas. Esta técnica minimiza la resistencia al cambio y recrea las ventajas de la nueva forma de trabajo, produciendo un contraste positivo entre el antes y el después.

Evaluación y Seguimiento: Es importante que el personal participante en cada instancia de capacitación tenga la posibilidad de evaluar lo aprendido. Asignando una puntuación a la actividad vivida.

Esta evaluación debe ser anónima, a fin de que cada colaborador exprese libremente su pensar y sentir. Los resultados de las evaluaciones otorgan un feedback sumamente rico para los mandos responsables de generar los espacios de capacitación.

Paralelamente, es vital realizar un seguimiento del "después" a fin de corroborar los resultados en el campo mismo.

Aquí, el diseño e implementación de una serie de indicadores claves de gestión cobran un rol preponderante, permitiendo, por un lado cuantificar los beneficios reales generados por las nuevas prácticas y, por otro lado, examinar el estado de situación del aprendizaje y su efectiva materialización en las tareas cotidianas.

Comunicación de resultados: El feedback contribuye a la definición de un proceso fundamental en la evolución del equipo. Su principal riqueza es la ampliación de conciencia respecto de cómo afecta la conducta de un miembro o de un equipo a la organización toda.

Así, otorgar feedback al equipo debería ser una tarea frecuente y regular de todo proceso de capacitación. Una efectiva implementación debe ser abastecida con resultados concretos que muestren al equipo los beneficios de su aprendizaje.

En definitiva, para crecer y ser sostenible es necesario mejorar, para mejorar es necesario aprender, para aprender es necesario capacitar y para capacitar es necesario aprender.

Capacitación, aprendizaje y crecimiento sostenible no son hechos aislados ni relaciones causa-efecto con escaso grado de apalancamiento mutuo.

Capacitación y aprendizaje bien pueden ser considerados sístole y diástole del corazón metodológico de un proceso de mejora continua capaz de cristalizar el desarrollo sostenible.
Fuente: Materiabiz