Cada día es una pequeña vida. Autor desconocido
Al despertar el día recibimos 24 horas que se evaporan cuando llega la noche, de cómo se gestionan esos 1440 minutos depende tu futuro, la tranquilidad personal, la salud y en definitiva el equilibrio vital.
No hay excusa, el tiempo es el único recurso perfectamente socializado, mientras que permanecemos vivos todos disponemos de la misma cantidad, e trata de elegir que queremos hacer con él
Es un recurso no renovable, así que debemos reflexionar en que lo invertimos, pero antes analiza cual es tu visión en un periodo de 7 años, cual es tu misión y cuáles son los roles que desempeñas (Empresario, estudiante, padre, cónyuge, capitán de equipo, etc.)
Por qué existimos y para qué existimos, como contribuimos, cual es nuestro ámbito de actividad y cual no, cual es nuestra formula de éxito, cuales son nuestras principales competencias...
Tras este análisis será mucho más fácil decidir nuestras verdaderas prioridades para concretar los objetivos, es entonces cuando toda nuestra fuerza se enfoca en gestionar los 1440 minutos al día, lo que interesa y lo que no y lo que se puede delegar.
Según RAE, El Tiempo. (Del lat. tempus).
- Duración de las cosas sujetas a mudanza.
- Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su unidad en el Sistema Internacional es el segundo.
- Parte de una secuencia.
- Época durante la cual vive alguien o sucede algo.
- Tiempo vivido
- Oportunidad, ocasión o coyuntura de hacer algo.
- Cada uno de los actos sucesivos en que se divide la ejecución de algo
Cómo el tiempo es una magnitud física, donde internacionalmente su unidad reconocida es el segundo y establece tu pasado, tu presente y tu futuro. No pierdas ni un segundo
Tu pasado es el segundo que paso
Tu presente es este segundo
Tu futuro ¿ ?...
Recuerda, no paralizarte por el análisis y observa estas tres leyes que pueden ayudarte a gestionar mejor tus 86400 segundos al día…
Leyes del tiempo según Nuria Chinchilla
La primera ley nos dicta algo obvio, aunque difícil de recordar en el trasiego diario: “El tiempo que requiere una tarea crece en proporción al número de veces que se interrumpe y reanuda”.
La productividad se multiplicará si se realizan pausas naturales antes de interrumpir una tarea. Por ejemplo: si cerramos el libro al final de un capítulo, interrumpimos una reunión concluyendo un punto del orden del día, etc.
La segunda ley sigue la máxima bélica del “divide y vencerás”:
“Programar y/o realizar una tarea larga supone dificultades superiores a las de una tarea corta”,
“Nada hay más frustrante en la vida que fijarse un objetivo, que pase el tiempo y no alcanzarlo”, señalaba Henry Kissinger. El único modo de alcanzar los objetivos ambiciosos es:
- programar,
- planificar y
- concretar.
“Muchas personas razonan: el “elefante” es demasiado grande y mi boca demasiado pequeña. Aplacemos este objetivo hasta que mi boca haya crecido lo suficiente. Pero como la boca no crece, nunca se comerá el elefante.
La solución es tan sencilla como dividir el elefante en filetes fácilmente digeribles día a día y concentrarse en la ración diaria”.
La tercera ley nos recuerda los inconvenientes del perfeccionismo:
“El valor de una tarea no crece proporcionalmente al tiempo que se le dedica”.
Echar balones fuera. “El indeciso suele invocar razones poco válidas para justificar su comportamiento: falta de información, perfeccionismo, temor a equivocarse... No es consciente de que el mañana no arregla la situación”.
Existen algunos temas cíclicos que se presentan cada año y que nos roban tranquilidad porque suponen incertidumbre.
Muchas personas se limitan a reaccionar ante los problemas porque han ido retrasando decisiones. Gran parte de éstas se pueden despejar con una planificación anual: las vacaciones, el tiempo destinado a obligaciones familiares y sociales, reuniones periódicas.
“No se trata de planificar el año rellenando todos los espacios de la agenda. Al contrario, conviene programar las actividades con flexibilidad para poder atender temas imprevistos interesantes. En la agenda -subraya- hay que funcionar con lápiz”.
Precisamente, una de las causas que explican el atractivo del trabajo de las personas tengan la responsabilidad que tengan es su componente de riesgo. Su trabajo consiste en tomar decisiones.
“Es preferible una decisión imperfecta a tiempo, que una perfecta a destiempo”.
- La mayoría de personas gastan más tiempo en hablar de los problemas que en afrontarlos. Henry Ford
- Lleva mucho tiempo el ser prudente y paciente. Eusebio Gómez Navarro
- No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él. Paul Claudel
- Todas las cosas nos son ajenas; sólo el tiempo es nuestro. Lucio Anneo Séneca.
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