viernes, 10 de junio de 2011

3 principios éticos de confucio


Hay tres principios clave que se enfatizan en las enseñanzas de Confucio, los principios de Li, Jen y Chun-Tzu.

El término Li tiene varios significados, y suele traducirse como decoro, reverencia, cortesía, ritual o la norma de conducta ideal. Es lo que Confucio consideraba como la norma ideal del comportamiento religioso, moral y social.
El segundo concepto clave es el principio de Jen. Es la virtud fundamental de la enseñanza confucianista. Jen es la virtud de la bondad y la benevolencia. Se expresa mediante el reconocimiento del valor de los demás y la preocupación por ellos, independientemente de su rango o clase.
 
En las Analectas, Confucio resume el principio de Jen en esta afirmación, que suele ser llamada la Regla de Plata: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti" (Analectas 15:23). Li brinda la estructura para la interacción moral. Jen lo convierte en un sistema moral.
 
El tercer concepto importante es el de Chun-Tzu, la idea del verdadero caballero o Dama. Es el hombre o mujer que vive de acuerdo con las normas éticas más elevadas. El caballero o dama muestra cinco virtudes:  
 
1.- autorrespeto,
2.- generosidad,
3.- sinceridad,
4.- persistencia y
5.- benevolencia.
 
Sus relaciones se describen de la siguiente forma: como hijo o hija, siempre es leal; como padre o madre, es justo y amable; como profesional, es leal y fiel; como esposo o esposa, es recto y justo; y, como amigo o amiga, es fiel y discreto.
 
Si todos los hombres y mujeres vivieran según los principios de Li y de Jen, y se esforzaran por tener el carácter de un verdadero caballero o dama, la justicia y la armonía gobernarían el imperio.
 
Otras religiones encuentra que coincide con muchos de los principios y virtudes éticos de Confucio. Concordaría también con muchas de las cualidades del carácter del verdadero caballero o dama, y trataría de desarrollar esas cualidades.
 
Lo que explica la similitud entre la ética del confucianismo y otros sistemas religiosos es lo que dice Pablo en Romanos 2. Dentro de todo hombre o mujer existe una conciencia, o ley natural, que guían nuestra conducta moral.

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