jueves, 16 de junio de 2011

La mejor forma de cambiar el mundo


Con el ejemplo, con sentido común y no con la práctica común. Asumiendo las responsabilidades y simplemente haciendo lo que quieras siempre y cuando no perjudiques a otro.

Las siguientes palabras se encuentran escritas en la tumba de un obispo anglicano de la Abadía de Westminster:

"Cuando era joven y libre, y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Cuando me volví más viejo y sabio descubrí que el mundo no cambiaría, así que acorté mis anhelos un poco y decidí cambiar sólo mi país.

Pero este también parecía inmutable. Cuando entré en el ocaso de mi vida, en un último y desesperado intento decidí sólo cambiar mi familia, a los que estaban más cerca de mí, pero igualmente ellos no cambiarían. Y ahora, mientras me encuentro en mi lecho de muerte, repentinamente me doy cuenta:

Si hubiera podido cambiarme a mí mismo, entonces por el ejemplo habría cambiado mi familia. Por su inspiración y valor hubiera entonces podido cambiar mi país, y a lo mejor hubiera podido cambiar al mundo"

(Canfield/Hansen, "Comienza Contigo Mismo," Sopa de Pollo para el Alma, 72)

Fotografía: Alvaro Gutierrez (Cambio de rumbo)

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