He comprobado que cuando realmente nos amamos, es decir cuando nos aprobamos exactamente tal como somos, todo funciona bien en la vida, Louise L. Hay
La dimensión personal la que soporta los auténticos valores humanos en la que se ha de llevar a cabo la acción de aprendizaje y desarrollo
Se refiere a esas tres rarezas: la libertad, la creatividad y la dialogicidad , que en definitiva permiten al ser humano ser persona, decidir sobre uno mismo. Amarse y respetarse a si mismo es la decisión más importante que debemos tomar cada día, a lo largo de todas las etapas de la vida desde la infancia como la ancianidad.
El problema si lo hay radica en que aceptarse y amarse a si mismo exige de un aprendizaje que no los debieron enseñar desde la cuna y debemos seguir aprendiéndolo a lo largo de toda nuestra existencia
La aceptación de uno mismo esta en constante interacción y retroalimentación por vasos comunicantes con la libertad, creatividad y actitudes dialogantes
Por la libertad accedemos a las experiencias personales que nos proporcionan autonomía y confianza en las propias capacidades, diseñando y provocando nuestro que hacer vital, libre de los dominios ajenos.
Aprendemos de la propia experiencia personal.
Mediante la creatividad proyectamos nuestra propia existencia como un quehacer irrepetible, repleto de sugerencias, posibilidades, inquietudes, esperanzas, libre de estereotipos, servilismos y esquemas acomodaticios y despersonalizantes.
Por las actitudes dialogantes vamos madurando la capacidad de vivir nuestra vida como búsqueda constante de encuentros humanos enriquecedores.
- el entendimiento y la comprensión de los demás y
- el ser capaces de ver las cosas desde su punto de vista nos conduce a la perfección madurativa humana;
- La entrega a los demás
- El amor y la aceptación del otro.
Que solo es posible cuando uno se acepta y se quiere a sí mismo
Bibliografía: Valores Humanos
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